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Impuestos al plástico de un solo uso

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Impuestos al plástico de un solo uso

Crisis Climática, Descontaminacion terreste, Ecogestión Medio Ambiental

Publicado el 21/10/2020

Lectura de 7 mins

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El impuesto a envases de un solo uso, un anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados ¿puede llegar a cambiar nuestras costumbres y, sobre todo las de industria? La experiencia en otros países indica que sólo es una parte, y que puede funcionar siempre que forme parte de un programa mucho más amplio que incluya la educación del reciclaje y la apuesta por materiales alternativos.

En la actualidad, el polietileno se ha convertido en el plástico dominante en el mundo, tanto como envase de todo tipo de consumibles de un solo uso como bolsas de la compra, botellas, juguetes, herramientas, material de oficina,etc. Y por desgracia, la mayor parte acaba en vertederos, playas, en el mar…. donde este plástico tarda en degradarse muchos años.

La degradación del polietileno puede tardar mil años!!

Las bolsas de plástico, fabricadas con polietileno de baja densidad, tardan alrededor de 150 años en descomponerse totalmente. Sin embargo, las botellas de plástico pueden tardar en degradarse hasta mil años si permanecen enterradas, según la Fundación Aquae.

Hace ya tiempo que se viene tratando de encontrar soluciones al plástico y a su uso masivo, destacando la parte económica que parece funcionar en otros ámbitos. Ahora es España la que da el paso con este anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que supone gravar el plástico de un solo uso, no reutilizable con 0,45€/kilo.

¿Porqué impuestos?

Los impuestos ambientales conciencian del terrible efecto que tienen éstos para nuestro planeta y pueden conseguir cambiar unas dinámicas de consumo muy arraigadas en la sociedad, de forma que puede contribuir a reducir las emisiones de CO2, el uso de recursos y la generación de residuos.

La economía circular debe ser nuestro modelo objetivo para el futuro si queremos seguir disfrutando de nuestro maravilloso planeta.

La economía circular es la intersección de los aspectos ambientales, económicos y sociales.

El sistema lineal de la economía actual (extracción, fabricación, utilización y eliminación) ha alcanzado sus límites. Se empieza a vislumbrar el agotamiento de los recursos naturales, por lo que, la economía circular propone un nuevo modelo que optimiza la energía y los residuos y su objetivo es la eficiencia de los recursos. En un contexto de escasez y fluctuación de los costes de las materias primas, la economía circular contribuye a la seguridad del suministro y a la reindustrialización del territorio.

Principios de la economía circular

  • La eco-concepción: considera los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su concepción.
  • La ecología industrial y territorial: establecimiento de un modo de organización industrial en un mismo territorio caracterizado por una gestión optimizada de los stocks y de los flujos de materiales, energía y servicios.
  • La economía de la “funcionalidad”: privilegiar el uso frente a la posesión, la venta de un servicio frente a un bien.
  • El segundo uso: reintroducir en el circuito económico aquellos productos que ya no se corresponden a las necesidades iniciales de los consumidores.
  • La reutilización: reutilizar ciertos residuos o ciertas partes de los mismos, que todavía pueden funcionar para la elaboración de nuevos productos.
  • La reparación: encontrar una segunda vida a los productos estropeados.
  • El reciclaje: aprovechar los materiales que se encuentran en los residuos.
  • La valorización: aprovechar energéticamente los residuos que no se pueden reciclar.

El plástico no es solo un problema medioambiental

El plástico es un material muy ligero, barato, resistente y versátil. Resulta ideal para fabricar envases de todo tipo, tamaño y color, también transparentes. Además de las botellas de agua, estos polímeros constituyen muchos recipientes para conservar comida: la película flexible que envasa al vacío embutidos y quesos, las bandejas para la carne, el pescado, los botes de mayonesa, las bolsas de patatas fritas, etc.

Los envases alimentarios de un solo uso no pueden volver a utilizarse y deben reciclarse. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), suponen el 50 % de los residuos plásticos generados en el mundo.

Los envases de comida ya son el 50% de los residuos plásticos generados en todo el mundo.

Naciones Unidas, adverte que «el plástico no es el problema. Es lo que hacemos con él». El análisis de ciclo de vida de un producto tiene en cuenta el diseño, vida útil y gestión del residuo para determinar su sostenibilidad.

Además, los plásticos son también peligrosos para la salud. Compuestos químicos como los ftalatos y bisfenoles pasan de los envases a los alimentos, alteran el sistema endocrino, el desarrollo de los niños y la fertilidad. Según un estudio de la Universidad de Newcastle para WWF, consumimos cinco gramos de plástico a la semana, provenientes, en su mayor parte, de las botellas de agua.

Alternativas a los plásticos

Una de las opciones para evitar el uso de envases de plástico en la fabricación de envases alimentarios es recurrir a materiales biodegradables. Y en la actualidad, en España también se investigan nuevos materiales que puedan suponer el fin de los plásticos de manera definitiva, como por ejemplo;

ADBioplastics: Esta empresa valenciana ha creado un aditivo basado en la caña de azúcar, la remolacha o el maíz para empaquetar nuestros alimentos de forma biodegradable. Así, los envases que se fabrican con PLA Premium, en menos de seis meses se convierten en CO2, abono y agua tras su paso por una planta de compostaje. Son ‘bio al cuadrado’, es decir que son ‘bio’ de origen al ser un producto de origen vegetal, pero también son biodegradables.

Ecovative Design: utiliza la estructura de la raíz vegetativa de un hongo, modelado, personalizado y compostable como embalaje de alto rendimiento. Su coste es competitivo y la misión de la empresa es reemplazar el plástico, cambiando la forma de consumir.

Científicos del Instituto de Ciencias Materiales de Sevilla y de la Universidad de Málaga, crearon un plástico biodegradable hecho con piel de tomate. El componente principal de este es un biopoliéster llamado “cutina”, el cual se halla en la epidermis del fruto. La cutina es un producto no tóxico, biocompatible y biodegradable que se encuentra en la naturaleza, como capa protectora de frutos y hojas. Esto permite que su uso pueda adaptarse al medio comercial y usarse en el envasado de alimentos.

Sandra Pascoe, investigadora de la Universidad del Valle de Atemajac, en México, fue quien descubrió las bondades del uso de este producto como biopolímero. Cuyo tiempo de degradación es de un mes e incluso puede ser comestible. El propósito es que, una vez que se usen las pencas del nopal, la planta pueda seguir viviendo y produciendo más frutos.

Otra alternativa que puede contribuir a reducir el empleo de plásticos son los envases activos, inteligentes, que alargan la vida útil del alimento, ejerciendo una función de conservación y protección, incorporan sustancias que interaccionan con él y con la atmósfera que lo rodea» y pueden incluir tecnologías como sensores y nanomateriales.

La clave son los residuos

La verdadera clave para un desarrollo sostenible e invertir el calentamiento global es seguir los principios de la economía circular; minimizar la generación de desechos, mejorar los sistemas de gestión de residuos y fomentar el reciclaje y la utilización de materiales reciclados.

Además de la tasa, el anteproyecto, también engloba la prohibición de artículos muy contaminantes y que no son realmente necesarios como; bastoncillos, pajitas o cubiertos de plástico a partir de 2021. Con esta medida el objetivo es reducir los plásticos no reutilizables un 50 % para el 2026 y un 70 % para el 2030.

El anteproyecto de ley establece que las botellas hechas con tereftalato de polietileno (PET, por sus siglas en inglés) deberán contener entre un 25% y un 30% de material reciclado. Un porcentaje que puede ir en aumento en futuras regulaciones.

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