Accidentes marítimos en el transporte de Hidrocarburos:
Según datos de “The International Tanker Owners Pollution Federation LTD” (ITOPF), la producción mundial de hidrocarburos es de aproximadamente 3.000 millones de toneladas métricas, la mitad de la cual se transporta por mar. El valor de aporte total de hidrocarburos al medio marino, tomando en cuenta todas las fuentes, más de 3 millones de toneladas métricas al año.
También se calcularon los porcentajes según las fuentes, siendo la mayor contribución la que proviene de las fuentes terrestres con un 50%, principalmente como desechos industriales y urbanos. Por su parte, la exploración y producción aportan un 2% mientras que por accidentes de buques, tanques se registra un 5%, por operaciones de embarcaciones 19%, por fuentes naturales 11%, y por procesos atmosféricos 13%.
Los accidentes de petroleros, a menudo se consideran la mayor fuente de contaminación de nuestros océanos. Pero en realidad, estos acontecimientos, son la causa de menos del 10% del aporte de hidrocarburos al medio marino.
Los residuos municipales e industriales, las filtraciones y las pérdidas en el transporte marítimo rutinario, contribuyen con 3,5 millones de toneladas al año. Considerando que la demanda actual de petróleo es de 3.000 millones de toneladas al año, la cantidad vertida representa una cifra insignificante.
Con relación a las pérdidas por transporte, las mismas suceden durante las operaciones de limpieza de tanques y deslastre, si es que no se toman las medidas necesarias para retener residuos de crudo en el barco.
Estas operaciones constituyen un factor de riesgo para el ambiente costero, por suponer una contaminación periódica y crónica. Las distintas cantidades de hidrocarburo descargadas al mar que provienen de embarcaciones pueden ser controladas mediante una estricta supervisión y con instalaciones receptoras adecuadas de residuos, agua sucia de lastre y residuos de las máquinas.
Si evaluamos ahora los accidentes, podemos ver, analizando los datos estadísticos en la bibliografía, que un 75% de los mismos ocurre durante operaciones de rutina como carga y descarga, al tiempo que menos del 10% corresponden a colisiones y hundimientos.
El medio marino tiene capacidad de asimilar el hidrocarburo, siendo los grandes derrames los que provocan contaminación aguda e impactos devastadores cuando estos alcanzan la costa, siendo esto lo primero que debe evitarse en caso de un derrame en el mar.
La base de datos de la ITOPF contiene información de aproximadamente 10.000 derrames de hidrocarburo de buques, tanques y cargueros, un 85% de los cuales fueron menores de 7 toneladas.
Durante la década de los 90 el número promedio de grandes derrames de hidrocarburos (mayores a 700 toneladas) fue menor a un tercio del ocurrido durante la década del 70. Esta importante reducción se debió a los esfuerzos combinados de la industria de buques y los gobiernos (en gran parte a través de la Organización Marítima Internacional) para mejorar la seguridad y la prevención de la contaminación. El número total de hidrocarburo derramado cada año varía considerablemente, siendo unos pocos derrames muy grandes los responsables de un alto porcentaje de la cantidad anual total.
La prevención es la prioridad:
Claramente, la prevención de los derrames es la gran prioridad. En los últimos años, los gobiernos e industria han concentrado su atención en la mejora de procedimientos operativos y el diseño de equipamiento. Pero a pesar de las mejoras en seguridad para la navegación y la calidad de la formación, las posibilidades de reducir la incidencia de los derrames accidentales siguen siendo limitadas. El error humano siempre será un factor subyacente en el origen de dichos derrames. Un personal bien preparado puede minimizar el impacto.
Otro motivo de los grandes derrames son los fallos estructurales, en la mayoría de las ocasiones, por falta de mantenimiento en buques con muchos años. Estudios de los derrames de petroleros y buques mercantes en general, ocurridos alrededor del mundo, muestran que la mayoría son pequeños (menores de 7 toneladas) y tienen lugar en puerto durante las tomas de combustible y las operaciones rutinarias del manejo de la carga.
Relación de los desastres medioambientales más graves de la historia con buques, por orden cronológico:
Año | Buque | Localización | Tons. | Causas |
1979 | Atrantic Empress | Tobago, West Indies | 287.000 | Colisión |
1991 | ABT Summer | 700 millas de Angola | 260.000 | Explosión |
1983 | Castillo de Bellver | South Africa | 252.000 | Explosión |
1978 | Amoco Cadiz | Brittany – Francia | 223.000 | Fallo timón – Varada |
1991 | Haven | Genova – Italia | 144.000 | Explosión |
1988 | Odyssey | 700 millas Canadá | 132.000 | Colisión |
1967 | Torrey Canuon | Scilly Islands, G.B. | 119.000 | Varada |
1976 | Urquiola | La Coruña – España | 100.000 | Varada |
1977 | Hawaiian Patriot | 300 millas Honolulu | 95.000 | Incendio |
1975 | Jacob Maerks | Oporto, Portugal | 88.000 | Varada |
1993 | Braer | Shetland Islands | 85.000 | Fallo máquina – Varada |
2002 | Prestige | Finisterre | 77.000 | Fallo estructural |
1992 | Aegean Sea | La Coruña, España | 74.000 | Varada |
1996 | Sea Empress | Milford Haven, G.B. | 72.000 | Varada |
1983 | Assimi | 55 millas de Omán | 53.000 | Incendio sala de máquinas |
1974 | Metula | Estrecho Magallanes | 50.000 | Varada |
1971 | Wafra | South Africa | 40.000 | Embarranque |
1989 | Exxon Valdez | Alaska, USA | 37.000 | Varada |
2002 | Prestige | Galicia, España | 77.000 | Hundimiento |
2007 | Hebei Spirit | China | 12.000 | Colisión |
2009 | Sima Saman | Singapur | 5.000 | Colisión |
2010 | Deepwater Horizon | Golfo de México | 750.000 | Explosión |
2010 | MT Bunga Kelana | Malasia | 2500 | Colisión |
2011 | Rena | Liberia | 700 | Embarranque |
2013 | Power Barge 103 | Filipinas | 300 | Tifón |
2014 | Southern Star 7 | Francia | 350 | Hundimiento |
2018 | Sanchí | Irán | 136.000 | Colisión |
2019 | Grande América | Francia | 2.200 | Incendio |
El caso del Torrey Canyon; el primer gran vertido.
El Torrey Canyon fue el primero de los grandes superpetroleros, capaz de transportar una carga de 120 000 toneladas de petróleo, y que se hundió en el sur de la costa de Inglaterra en 1967, provocando un desastre ecológico.
Fue construido en los Estados Unidos en 1959, con una capacidad original de 60 000 t, pero aumentada a 120 000 t más tarde en Japón.1 En el momento del accidente era propiedad de Barracuda Tanker Corporation, una subsidiaria de la Union Oil Company de California, bajo control de British Petroleum.1 Medía casi 300 m de eslora.
Su último viaje bajo bandera liberiana partió de Mena Al-Ahmadi, Kuwait, el 19 de febrero de 1967 con una carga completa de petróleo, y alcanzó las Islas Canarias el 14 de marzo. Desde allí, continuó su ruta hacia Milford Haven.
El 18 de marzo de 1967, por culpa de un error de navegación, el Torrey Canyon encalló cerca de las Islas Sorlingas, provocando uno de los mayores desastres ambientales en las costas de Inglaterra y Francia.
Este fue el primer gran vertido de crudo, por lo que no había ninguna planificación a seguir. Se acometieron varios intentos sin éxito de reflotar el barco, y un miembro del equipo de salvamento falleció. Los intentos de utilizar productos químicos dispersantes para contener el petróleo tuvieron también poco éxito, debido a su inoperancia en alta mar.
En un esfuerzo por incendiar el petróleo del buque y reducir el crudo vertido, el primer ministro Harold Wilson autorizó el bombardeo por la Real Fuerza Aérea con napalm y otros explosivos.
Alrededor de 180 km de costas inglesas y 80 km de costas francesas fueron contaminadas, y murieron unas 15.000 aves marinas, junto a una enorme cantidad de organismos marinos en los 380 km² que se dispersó la mancha de petróleo.
Mayor aún fue el daño causado por el uso de detergentes para intentar controlar la mancha. Más de 10.000 toneladas de sustancias químicas fueron utilizadas sobre el petróleo para emulsionarlo y recogerlo.
Pero la conciencia social en cuanto a este grave problema, ha ido cambiando las cosas, en la actualidad hay leyes medioambientales rigurosas y cada vez son mucho menores en cantidad y en toneladas de petróleo derramado, los accidentes y vertidos al mar de hidrocarburos.
El Código Polar, para buques que operen en aguas del círculo polar ártico.
La OMI ha adoptado el Código Internacional para los buques que operan en aguas polares (Código polar), el Convenio internacional para la seguridad de la vida humana en el mar (SOLAS) y el Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques.
El Código polar entró en vigor el 1 de enero de 2017, marcando así un hito histórico en la labor de la Organización para proteger tanto a los buques como a las personas que viajan a bordo, sean marinos o pasajeros, en el inhóspito entorno de las aguas que rodean los dos polos.
Actualmente, se desarrollan planes de interior marítimos (PIM) para planificar los movimientos más adecuados en una emergencia medioambiental y reaccionar de la manera más eficaz, con una rigurosa formación del personal y el desarrollo de la maquinaria adecuada como Skimmers o barreras marítimas flotantes (adaptada para el uso en mar abierto) , incluso tecnología avanzada al servicio de la prevención:
ROW: Sistema de Detección Temprana de Hidrocarburos en Agua.
Se trata de un sensor óptico remoto que detecta aceite (petróleo) en el agua. Es altamente preciso y funciona ininterrumpidamente, soporta cambios bruscos de temperatura y ayuda a identificar el foco contaminante, tomar medidas y evitar un daño duradero en ambiente acuático.
ROW DETECTA:
Aceites de motor, aceites para turbinas, aceites vegetales, aceites combustibles, combustibles automotores, aceites diésel marinos, aceites crudos, aceites de calefacción, gasóleos, combustibles para aviones, aceites lubricantes, aceites hidráulicos, aceites minerales.
Además, algunas empresas especializadas como Inteco Astur, disponen del Servicio de Intervención Urgente (S.I.U.) que tiene las 24h, los 365 días un equipo de expertos profesionales siempre preparados, para cualquier emergencia ambiental, en tierra, mar, ríos, puertos o zonas industriales o urbanas, etc.